martes, 3 de mayo de 2016

VAYAMOS CON LA CONCLUSIÓN 3 X 1


Termina el curso, pero comienza un nuevo período de puesta en práctica, tanto en nuestra vida docente como personal, para dar continuidad y transmitir lo aprendido.

Los tres aspectos que más me han gustado del curso:

1-       La organización del mismo ha sido muy interesante y útil, tanto en la vida personal como su aplicación docente, así como importante es también la oportunidad de conocer las opiniones y perspectivas de otros docentes y compartirlas. De esta manera, llegamos también a darnos cuenta de nuestras fortalezas y debilidades.

2-       La oportunidad de conocer y poner en práctica herramientas de nuevas tecnologías en las actividades que hemos ido elaborando y aportando a lo largo del curso, pues he podido conocer algunas, profundizar en otras, y por supuesto, tener un buen conjunto de recursos para utilizar en actividades futuras, en el aula o fuera de ella.

3-     Un curso ameno, tanto en la teoría aportada, amplia pero perfectamente sintetizada en lo principal e importante, como en la práctica, con actividades prácticas motivadoras, lo que me ha servido para concienciarme aún más de algo que hace tiempo vengo observando como docente y es la necesidad de educar desde la escuela en la alimentación y nutrición para una vida saludable, tanto a los alumnos como a las familias.

Lo que menos me ha gustado:

-          Personalmente, el comienzo fue un poco “agobiante” debido a la cantidad de información en el espacio de apoyo TIC, pues por si solo era como otro curso exprés para los que no estamos tan familiarizados con todos los recursos propuestos.

      Pero todo fue ponerse las pilas y no rendirse.

      Estamos en una era tecnológica en la que nuestros alumnos nos sacan ventaja y no podemos quedarnos atrás. Ha sido un reto. Mi propuesta personal sería dividir estos recursos o clasificarlos por grado de dificultad, para iniciados y para más profanos en la materia. Facilitaría la decisión por el tipo de herramienta.

Saludar a todos mis compañeros, y finalmente, agradecer a nuestra tutora, Teresa, por su dedicación, apoyo y darnos tanto ánimo.


martes, 26 de abril de 2016

¿CONOZCO LA INFORMACIÓN ADECUADA?

Todos alguna vez hemos indagado en internet para buscar información sobre temas que nos interesaban o nos preocupaban, o simplemente por curiosidad o porque queríamos ampliar conocimientos sobre algo.
 
Como docente, muchas veces he buscado sobre algún tema concreto educativo, para conocer la labor o la opinión divulgada por otros docentes como yo, conocer otras formas de afrontar algo, blogs escolares, artículos, páginas webs, pero también alguna que otra vez he buscado sobre un tema que se está generalizando, lo veo cada curso escolar, y es el aumento de la obesidad infantil.

He tenido alumnos con este problema ya desde Educación Infantil y casi siempre me he llevado la sorpresa de que los padres, y generalmente la madre, no reconocía lo que le decían en las revisiones médicas escolares o el pediatra en una revisión rutinaria en su consulta: “el niño tiene sobrepeso para su edad y debe ponerse a dieta y realizar ejercicio físico”.

Hasta en alguna ocasión  ha venido la mamá a preguntarme si yo daba de comer en clase (¿) (cuando el centro  no tenía comedor escolar), y si dispone de comedor, como es mi caso actualmente, me han llegado a decir que estaría engordando porque YO lo estaría dejando comer lo que quisiera o repetir, cuando el comedor escolar funciona con sus responsables, monitores, el menú se entrega mensualmente a los padres, y el profesorado no es quien está en el comedor, ni da la comida, ni nada.

 Eso sí, las mismas mamás no se daban cuenta del bocadillo de “medio metro” lleno de chorizo, mantequilla, salchichón, etc que preparaba su hijo cada día para tomar a la hora del recreo, o de la excesiva cantidad de comida para el almuerzo escolar como: un batido, un zumo, un actimel, un paquete de galletas príncipe, un sándwich de jamón dulce con mantequilla, dos madalenas y unos quesitos. Y de verdad, no estoy exagerando, lo cuento tal y como lo he vivido.

 Por supuesto, el niño solo se toma una bebida y el sándwich, o el zumo y unas galletas, y el resto vuelve para casa. Pero ahora viene la segunda parte: “señorita, ¿qué le pasa al niño que no se come todo lo que le pongo? ¿Es que no le gusta o le pasaba algo?

Qué verdad es aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Es difícil hacer ver a unos padres un problema que no lo consideran como tal, y difícil asesorar o aconsejar con tacto cuando se encuentran a la defensiva.

Por ello, he buscado dos enlaces sobre este tema.

El primero es un artículo publicado en Infosalus.com, sobre la percepción errónea de los padres:


 El segundo enlace, publicado por Centros para el control y prevención de enfermedades, aporta  consejos para los padres, descripción de la obesidad infantil como un problema de salud, los riesgos que conlleva y orientaciones y consejos para las familias. Además, al final de la publicación aparecen otros enlaces adicionales dirigidos a las familias y/o personas que cuidan niños, explicaciones para equilibrar alimentos, etc.:





lunes, 25 de abril de 2016

REFLEXIÓN - Bloque 4-

Enfermedades relacionadas con la alimentación.
Mitos, errores y realidades de la alimentación.-

No menos interesante y provechoso ha resultado este bloque sobre las enfermedades relacionadas con la alimentación, además de los mitos, errores y realidades relativas a la misma.
Desconocía por ejemplo que es totalmente diferente una alergia a una intolerancia alimentaria. Los síntomas, aunque similares, no tienen el mismo origen sea una cosa u otra. Conocer esto, y otros detalles, me ayudará a comprender de ahora en adelante la situación de un alumno cuando los padres comunican algún tipo de trastorno relativo a la alimentación: celiaquía, intolerancia a la lactosa, alergia a  determinadas frutas…
En general, lo que si me ha llamado mucho la atención es que de los diez factores de riesgo identificados por la OMS como claves para el desarrollo de enfermedades crónicas, de los cinco que están relacionados con la alimentación y el ejercicio físico, a saber, obesidad, sedentarismo, hipercolesterolemia, consumo insuficiente de frutas y verduras  e hipertensión arterial, sean factores que actualmente he podido observarlos  cada vez con más frecuencia en la población infantil en edad escolar.  

De siempre escuchaba aquello de que para ser un adulto sano había que controlar estos factores de riesgo desde la infancia, porque entre otras cosas, de adulto, se evitarían, por ejemplo, muchos problemas de corazón.
Pero si estos factores ya aparecen en niños ¿cuándo empezamos a prevenir? ¿Qué está pasando?

Evidentemente, al igual que ocurre en los adultos, el consumo cada vez más frecuente de alimentos ricos en grasas en saturadas (consumo de bollería industrial, de gran variedad de snaks, comida rápida en los burguer de moda, consumo más frecuente de bebidas azucaradas, refrescos, menor consumo de fruta, etc) y la falta de ejercicio físico (niños más dedicados a entretenimientos  sedentarios: juegos en el ordenador, play station, las redes sociales, menor interés por practicar un deporte, el miedo de los padres a que los niños jueguen en la calle- justificado por los riesgos y peligros actuales que vemos a veces en las noticias-…) está dando lugar a niños obesos, con índices de colesterol, con tensión alta…..algo inconcebible hace generaciones a no ser que fuera algo genético o debido a alguna enfermedad concreta. Si a esto sumamos el problema del tabaquismo en los jóvenes la cosa se agrava.

Por consiguiente, sigo insistiendo en lo que vengo reflejando en cada reflexión: la educación desde la infancia en una alimentación saludable y fomento de la actividad física como forma saludable de vida, concienciación desde la infancia, y concienciación a las familias.

Creo firmemente que desde la escuela debería haber una asignatura sobre alimentación y nutrición, y talleres para las familias. Si la alimentación sana es beneficiosa para la salud de los adultos, todavía lo es aún más para un niño, y para los adolescentes pues se encuentran en plena etapa de desarrollo y crecimiento. A esta edad, la adquisición de unos buenos hábitos alimentarios significará la diferencia entre tener y llevar una vida sana de adultos o tener el riesgo de sufrir enfermedades que pueden acompañarlos el resto de sus vidas.

Para trabajar esto en la escuela me remito a las ideas aportadas en reflexiones anteriores: trabajar en el aula y con las familias, como materia escolar y como talleres formativos e informativos para los padres, colaborar con los comedores escolares, hacer partícipes a los niños en los análisis de sus menús escolares, realizar sus GETD como forma de autoanálisis, ofrecer conferencias por especialistas a las familias en los centros escolares donde se detecte sobre todo un alto número de niños con obesidad u otro tipo de factores de riesgo.

Siempre hemos “presumido” de tener el privilegio de gozar de una dieta mediterránea como dieta altamente beneficiosa para la salud. Tenemos también el ejemplo de los efectos negativos que producen otros estilos alimentarios en otros países. Sabemos lo que es bueno, lo tenemos, pero también tenemos los “mitos” como que la dieta mediterránea es la que provoca la obesidad porque comemos alimentos como paella, alubias, cocido, fabada, tortillas, huevos fritos…¡por favor!...¿no será que estamos dejando de lado nuestra dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres, gran variedad de carnes y pescados, el uso del aceite de oliva, la variedad de recetas y formas de elaboración de los alimentos, por la comida precocinada y la comida rápida, consecuencia de la falta de tiempo, porque no se tienen ganas de cocinar con la cantidad de ofertas ya precocinadas que hay en el mercado hoy en día, por los trabajos sedentarios y la falta de tiempo que nos desmotivan a la hora de realizar actividad física…?

Estas enfermedades relacionadas con la alimentación están afectando a muchos países en el mundo y la OMS no para de advertir que los índices de obesidad adquirirán grandes proporciones hacia 2030. ¿Seremos capaces de frenar esto?
Educar en salud es un compromiso de todos, es un compromiso de toda la sociedad:
educación +salud +compromiso social, todo debe ir de la mano.

jueves, 21 de abril de 2016

¿QUÉ MITOS CONOCES?

“TOMAR FRUTA DE POSTRE ENGORDA”


Cuántas veces he leído que la fruta es mejor tomarla en ayunas o en la merienda y no después de la comida porque engorda.

Personalmente, creo que está muy bien tomar fruta en el desayuno, en la merienda, cuando te apetezca, pero también incluido después de comer, como postre.

De hecho, las calorías que aporta un alimento son las mismas independientemente de la hora o el momento del día en que la comamos. Por tanto, las calorías de la fruta son las mismas la tomemos por la mañana temprano, a media mañana, por la tarde o como postre.
No existen estudios científicos que confirmen que la fruta tomada después de comer engorde más o menos que si se toma entre comidas.
Otra cosa es el efecto que tomarla en ayunas, por ejemplo, pueda producir en nuestro organismo, como cuando se recomienda tomar kiwis porque favorece el tránsito intestinal.

La fruta se encuentra en el grupo de alimentos que, tanto la OMS (Organización Mundial de la Salud) como la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, recomiendan tomar 5 raciones al día (grupo de frutas y verduras, repartidos: 3 piezas de fruta, 2 raciones de verdura, una cruda, otra cocida).

Otra cosa es que de postre tomemos fruta como plátano frito (que además va rebozado y con miel), una manzana asada con azúcar y canela o caramelo, una banana Split, con su acompañamiento de helado, nata, caramelo. !No le echemos la culpa a la fruta después de los kilitos de más!

La fruta es beneficiosa para nuestro organismo. Con ella obtenemos energía y salud de forma rápida y sencilla. La podemos tomar de forma variada: zumos, batidos, entera, macedonia…
Comer al menos tres piezas de fruta al día cubre nuestras necesidades de antioxidantes y fibra necesarias para nuestro organismo.


En resumen, la fruta después de comer NO engorda.

martes, 19 de abril de 2016

¿QUÉ HAY DE COMER EN EL COLE?


Aquí tenemos una fotografía de un menú servido en un comedor escolar. 

A través de ella, vamos a analizar si se cumplen una serie de requisitos.

Como puede observarse, hay:

1er plato: lentejas
2º plato: tortilla de patatas con guarnición de ensalada.
Postre: una fruta (plátano)

Agua y pan


Fuente de imagen: publicada en El País digital ( sociedad.elpais.com)


A continuación vamos a ver si el menú escogido sigue la estructura recomendada por la Guía de comedores escolares del Programa Perseo:


                                                 Fuente: Guía comedores escolares, Programa Perseo

En este sentido, podríamos decir que sigue la segunda opción de: primer plato, legumbres, de segundo huevos con guarnición de verduras o/y hortalizas .De postre una fruta. Pan y agua.

Pero al observar detenidamente es bastante destacable que:

-          - Las legumbres, en este caso lentejas, no ofrecen un aspecto muy apetitoso que digamos, no observándose que estén guisadas con un poco de verduras u hortalizas como zanahorias o patatas, o un poco de carne si se desea. Lo que se ve es un plato de lentejas muy “viudas”, y siendo un plato que por lo general a los niños ya les cuesta comer, creo que así no son muy atractivas que digamos.

-          - En el segundo plato, la tortilla de patatas con guarnición de ensalada, prácticamente ésta última destaca por su casi ausencia. Unos simples trocitos de lechuga, creo, no son una guarnición ni apropiada ni atractiva, más bien, parece que sobra en el plato.

En resumen, el menú sigue, a medias, la estructura indicada en la Guía de comedores escolares, pero, en mi opinión habría que mejorar la presentación del plato de lentejas, cocinándolas, por ejemplo, con unas zanahorias y patatas en daditos, por introducir unas verduras y que no sean lentejas solas exclusivamente. No las cocinaría con embutidos por no introducir grasas innecesarias.

A la tortilla de patatas es evidente que le falta una guarnición REAL, por ejemplo, una ensalada de lechuga, maíz y tomate.

Tal vez, de postre no pondría un plátano, quizá otra fruta como piña, que es más digestiva, dado que se han comido legumbres, que llenan bastante, la digestión puede ser más pesada, además de la tortilla de patatas. Es mi opinión.

Lo cierto es que al buscar fotografías de menús escolares, he encontrado desde unos menús maravillosamente servidos, apetecibles, completos hasta otros que ofrecían un aspecto que dejaba mucho que desear, con muchos fritos, congelados, sin verduras, hasta sin postre o raciones escasísimas.

También soy consciente de que en algunos centros escolares, por no disponer de cocina, mucho más costoso y complicado por todo lo que ello conlleva, se recurre mucho a los catering, es decir, ya traen la comida preparada al centro escolar, preparada por empresas, y sirviéndose en las aulas, después de estar todo un día trabajando en ella, con lo cual, las condiciones de higiene no creo que sean las más adecuadas, además de llegar fría, a veces, se mezclan un poco un plato con otro, por  el transporte, o llegan mal cocinadas, medio crudas o escasa. A veces se han denunciado casos como estos.

Resumiendo, creo que cuando como padres elegimos un centro con comedor escolar, debemos informarnos de primera mano qué comen nuestros hijos, dónde, cómo se sirve la comida, la variedad en las recetas, en la forma de cocinar, si es cocinado diaria e íntegramente sin descuidar ningún nutriente básico o viene de un catering. 
No es la primera vez que veo niños llorar cuando ven que llega la hora ir a comer en la escuela. 

No es difícil hacer bien las cosas, puede ser más costoso, y claro, aquí topamos con los costes, los presupuestos de los que se dispone, contar con el personal suficiente, pero estamos hablando de la correcta alimentación y nutrición de los niños, de las futuras generaciones.

Los comedores escolares realizan una importantísima función y gran labor, la mayoría de ellos cumplen con todo lo que hay que tener en cuenta. No dejemos pasar el  tema cuando conozcamos casos en que no se hacen las cosas correctamente. Todos sumamos.

martes, 12 de abril de 2016

REFLEXIÓN SOBRE EL BLOQUE 3


Acabando el 3er bloque, en relación con la educación, el estilo de vida activa y la adecuada alimentación así como la importancia de la labor que realizan los comedores escolares, puedo decir que he obtenido una amplia información y visión sobre algunos aspectos que conocía pero no había profundizado en ellos, y por supuesto, otras muchas cosas que desconocía.

Sobre los comedores escolares, decir que siempre he valorado su importancia dentro de la educación de un estilo de vida y alimentación saludable y su contribución a consolidar unos hábitos alimentarios correctos y garantizar un buen estado nutricional desde edades tempranas.

He podido comprobar que no es tarea fácil elaborar un correcto y equilibrado menú escolar, ya que se puede caer en las repeticiones de recetas, en el consumo excesivo de congelados o fritos, etc. También hay que tener en cuenta las raciones recomendadas de cada grupo de alimentos, la manera de cocinarlos, la adecuada variedad de recetas, ya que todo debe contribuir además a que el momento de la comida resulte agradable a los niños.

Mi admiración para las personas que se dedican a esta labor.

Por otra parte, en cuanto a la actividad expuesta en la entrada anterior del blog, la elaboración del GETD (Gasto Energético Total Diario), me hizo tomar conciencia de muchas cosas, entre ellas que de vez en cuando hay que pararse a pensar y autoanalizar si estamos haciendo lo correcto, tomarnos un poquito de tiempo para nosotros, para ver si lo que hacemos lo hacemos bien, si nuestro día a día tanto en alimentación como en actividad y ejercicio físico es el correcto para el bien de nuestra salud. Cada día es importante, es nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestro bienestar.¡cuidémonos más!

En cuanto al trabajo en el aula de estos temas,  las actividades de este bloque las considero muy interesantes para realizarlas con alumnos quizá a partir de 5º curso de Educación Primaria.
Pienso que desde esta edad, y en adelante, además de ser capaces de realizar y entender por ejemplo el GETD, serían capaces de tomar conciencia del resultado obtenido y en consecuencia, influir en casa, en sus familias sobre la alimentación, la actividad física, serían capaces de autocorregirse ellos mismos, tener fuerza de voluntad y tomar sus propias decisiones.
Me refiero por ejemplo a cosas como decir en casa que no quieren bollería industrial o tomarla en menor cantidad, que prefieren comer más fruta, bocadillo hecho en casa….

También, en el caso de centros  con comedor escolar, sería muy buena actividad que los propios alumnos (de la edad que he comentado) realizaran su análisis del menú escolar mensual, como actividad de aula, en grupo, por ejemplo, y exponer los resultados a los compañeros, llegar a conclusiones, soluciones, hacer puestas en común de los trabajos para ofrecer planes alternativos a un menú que consideraran poco adecuado, cómo lo elaborarían, por qué, aprender a combinar los grupos de alimentos o conocer las partes de un menú, en resumen, hacer que ellos mismos se conciencien de la necesidad y de la importancia de la alimentación saludable y su relación con el ejercicio físico o la práctica de un deporte concreto.

Considero que toda esta información es básica y fundamental para que en el futuro sean adultos responsables, porque habremos contribuido a que adquieran hábitos alimentarios saludables, normas de comportamiento correcto en la mesa, al comer, en la realización de tareas responsables, que sean capaces de intervenir a su vez en el desarrollo de proyectos sobre vida saludable, de poder realizar de forma organizada actividades físicas gratificantes, y a su vez, transmitir a futuras generaciones lo que han aprendido e interiorizado.


Continúo con la idea, al igual que para otros ámbitos educativos, que en los centros escolares con comedor sería importante formar a las familias con actividades como las realizadas en este bloque, que también sepan analizar y valorar los menús escolares de sus hijos y diseñar y elaborar en casa cenas complementarias a la comida diaria. 
Implicar a las familias en la medida de lo posible, como miembros que son de la comunidad escolar, es también nuestra responsabilidad. Por lo menos, así lo veo yo.

viernes, 1 de abril de 2016

¿CÓMO ES UN DÍA ACTIVO?

MI GASTO ENERGÉTICO TOTAL DIARIO (GETD)

 SEGÚN MI ACTIVIDAD FÍSICA

Cada día nos vemos inmersos en una rutina, ya sea de actividades más o menos placenteras, de trabajo, de alimentación, de sedentarismo... y pocas veces nos paramos para analizar con más profundidad si estamos haciendo lo correcto.

Hoy voy a analizar un día activo mío, voy a tomar un poco de conciencia de qué estoy haciendo y si lo hago medianamente bien.