Aquí tenemos una fotografía de un menú servido en un comedor escolar.
A
través de ella, vamos a analizar si se cumplen una serie de requisitos.
Como puede observarse, hay:
1er plato: lentejas
2º plato: tortilla de patatas con guarnición de ensalada.
Postre: una fruta (plátano)
Agua y pan
Fuente de imagen: publicada en El País digital (
sociedad.elpais.com)
A continuación vamos a ver si el menú escogido sigue la estructura
recomendada por la Guía de comedores escolares del Programa Perseo:
Fuente: Guía comedores
escolares, Programa Perseo
En este sentido, podríamos decir que
sigue la segunda opción de: primer plato, legumbres, de segundo huevos
con guarnición de verduras o/y hortalizas .De postre una fruta. Pan y agua.
Pero al observar detenidamente es bastante destacable que:
- - Las legumbres, en este caso lentejas, no ofrecen un
aspecto muy apetitoso que digamos, no observándose que estén guisadas con un
poco de verduras u hortalizas como zanahorias o patatas, o un poco de carne si
se desea. Lo que se ve es un plato de lentejas muy “viudas”, y siendo un plato
que por lo general a los niños ya les cuesta comer, creo que así no son muy
atractivas que digamos.
- - En el segundo plato, la tortilla de patatas con guarnición
de ensalada, prácticamente ésta última destaca por su casi ausencia. Unos
simples trocitos de lechuga, creo, no son una guarnición ni apropiada ni
atractiva, más bien, parece que sobra en el plato.
En resumen, el menú sigue, a medias, la estructura indicada en la Guía de
comedores escolares, pero, en mi opinión habría que mejorar la presentación del
plato de lentejas, cocinándolas, por ejemplo, con unas zanahorias y patatas en
daditos, por introducir unas verduras y que no sean lentejas solas
exclusivamente. No las cocinaría con embutidos por no introducir grasas
innecesarias.
A la tortilla de patatas es evidente que le falta una guarnición REAL, por
ejemplo, una ensalada de lechuga, maíz y tomate.
Tal vez, de postre no pondría un plátano, quizá otra fruta como piña, que
es más digestiva, dado que se han comido legumbres, que llenan bastante, la
digestión puede ser más pesada, además de la tortilla de patatas. Es mi
opinión.
Lo cierto es que al buscar fotografías de menús escolares, he encontrado
desde unos menús maravillosamente servidos, apetecibles, completos hasta otros
que ofrecían un aspecto que dejaba mucho que desear, con muchos fritos,
congelados, sin verduras, hasta sin postre o raciones escasísimas.
También soy consciente de que en algunos centros escolares, por no disponer
de cocina, mucho más costoso y complicado por todo lo que ello conlleva, se
recurre mucho a los catering, es decir, ya traen la comida preparada al centro
escolar, preparada por empresas, y sirviéndose en las aulas, después de estar
todo un día trabajando en ella, con lo cual, las condiciones de higiene no creo
que sean las más adecuadas, además de llegar fría, a veces, se mezclan un poco
un plato con otro, por el transporte, o llegan
mal cocinadas, medio crudas o escasa. A veces se han denunciado casos como
estos.
Resumiendo, creo que cuando como padres elegimos un centro con comedor
escolar, debemos informarnos de primera mano qué comen nuestros hijos, dónde,
cómo se sirve la comida, la variedad en las recetas, en la forma de cocinar, si
es cocinado diaria e íntegramente sin descuidar ningún nutriente básico o viene
de un catering.
No es la primera vez que
veo niños llorar cuando ven que llega la hora ir a comer en la escuela.
No es difícil hacer bien las cosas, puede ser más costoso, y claro, aquí
topamos con los costes, los presupuestos de los que se dispone, contar con el
personal suficiente, pero estamos hablando de la correcta alimentación y
nutrición de los niños, de las futuras generaciones.
Los comedores escolares realizan una importantísima función y gran labor, la mayoría de
ellos cumplen con todo lo que hay que tener en cuenta. No dejemos pasar el tema cuando conozcamos casos en que no se
hacen las cosas correctamente. Todos sumamos.
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