martes, 3 de mayo de 2016

VAYAMOS CON LA CONCLUSIÓN 3 X 1


Termina el curso, pero comienza un nuevo período de puesta en práctica, tanto en nuestra vida docente como personal, para dar continuidad y transmitir lo aprendido.

Los tres aspectos que más me han gustado del curso:

1-       La organización del mismo ha sido muy interesante y útil, tanto en la vida personal como su aplicación docente, así como importante es también la oportunidad de conocer las opiniones y perspectivas de otros docentes y compartirlas. De esta manera, llegamos también a darnos cuenta de nuestras fortalezas y debilidades.

2-       La oportunidad de conocer y poner en práctica herramientas de nuevas tecnologías en las actividades que hemos ido elaborando y aportando a lo largo del curso, pues he podido conocer algunas, profundizar en otras, y por supuesto, tener un buen conjunto de recursos para utilizar en actividades futuras, en el aula o fuera de ella.

3-     Un curso ameno, tanto en la teoría aportada, amplia pero perfectamente sintetizada en lo principal e importante, como en la práctica, con actividades prácticas motivadoras, lo que me ha servido para concienciarme aún más de algo que hace tiempo vengo observando como docente y es la necesidad de educar desde la escuela en la alimentación y nutrición para una vida saludable, tanto a los alumnos como a las familias.

Lo que menos me ha gustado:

-          Personalmente, el comienzo fue un poco “agobiante” debido a la cantidad de información en el espacio de apoyo TIC, pues por si solo era como otro curso exprés para los que no estamos tan familiarizados con todos los recursos propuestos.

      Pero todo fue ponerse las pilas y no rendirse.

      Estamos en una era tecnológica en la que nuestros alumnos nos sacan ventaja y no podemos quedarnos atrás. Ha sido un reto. Mi propuesta personal sería dividir estos recursos o clasificarlos por grado de dificultad, para iniciados y para más profanos en la materia. Facilitaría la decisión por el tipo de herramienta.

Saludar a todos mis compañeros, y finalmente, agradecer a nuestra tutora, Teresa, por su dedicación, apoyo y darnos tanto ánimo.


martes, 26 de abril de 2016

¿CONOZCO LA INFORMACIÓN ADECUADA?

Todos alguna vez hemos indagado en internet para buscar información sobre temas que nos interesaban o nos preocupaban, o simplemente por curiosidad o porque queríamos ampliar conocimientos sobre algo.
 
Como docente, muchas veces he buscado sobre algún tema concreto educativo, para conocer la labor o la opinión divulgada por otros docentes como yo, conocer otras formas de afrontar algo, blogs escolares, artículos, páginas webs, pero también alguna que otra vez he buscado sobre un tema que se está generalizando, lo veo cada curso escolar, y es el aumento de la obesidad infantil.

He tenido alumnos con este problema ya desde Educación Infantil y casi siempre me he llevado la sorpresa de que los padres, y generalmente la madre, no reconocía lo que le decían en las revisiones médicas escolares o el pediatra en una revisión rutinaria en su consulta: “el niño tiene sobrepeso para su edad y debe ponerse a dieta y realizar ejercicio físico”.

Hasta en alguna ocasión  ha venido la mamá a preguntarme si yo daba de comer en clase (¿) (cuando el centro  no tenía comedor escolar), y si dispone de comedor, como es mi caso actualmente, me han llegado a decir que estaría engordando porque YO lo estaría dejando comer lo que quisiera o repetir, cuando el comedor escolar funciona con sus responsables, monitores, el menú se entrega mensualmente a los padres, y el profesorado no es quien está en el comedor, ni da la comida, ni nada.

 Eso sí, las mismas mamás no se daban cuenta del bocadillo de “medio metro” lleno de chorizo, mantequilla, salchichón, etc que preparaba su hijo cada día para tomar a la hora del recreo, o de la excesiva cantidad de comida para el almuerzo escolar como: un batido, un zumo, un actimel, un paquete de galletas príncipe, un sándwich de jamón dulce con mantequilla, dos madalenas y unos quesitos. Y de verdad, no estoy exagerando, lo cuento tal y como lo he vivido.

 Por supuesto, el niño solo se toma una bebida y el sándwich, o el zumo y unas galletas, y el resto vuelve para casa. Pero ahora viene la segunda parte: “señorita, ¿qué le pasa al niño que no se come todo lo que le pongo? ¿Es que no le gusta o le pasaba algo?

Qué verdad es aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Es difícil hacer ver a unos padres un problema que no lo consideran como tal, y difícil asesorar o aconsejar con tacto cuando se encuentran a la defensiva.

Por ello, he buscado dos enlaces sobre este tema.

El primero es un artículo publicado en Infosalus.com, sobre la percepción errónea de los padres:


 El segundo enlace, publicado por Centros para el control y prevención de enfermedades, aporta  consejos para los padres, descripción de la obesidad infantil como un problema de salud, los riesgos que conlleva y orientaciones y consejos para las familias. Además, al final de la publicación aparecen otros enlaces adicionales dirigidos a las familias y/o personas que cuidan niños, explicaciones para equilibrar alimentos, etc.:





lunes, 25 de abril de 2016

REFLEXIÓN - Bloque 4-

Enfermedades relacionadas con la alimentación.
Mitos, errores y realidades de la alimentación.-

No menos interesante y provechoso ha resultado este bloque sobre las enfermedades relacionadas con la alimentación, además de los mitos, errores y realidades relativas a la misma.
Desconocía por ejemplo que es totalmente diferente una alergia a una intolerancia alimentaria. Los síntomas, aunque similares, no tienen el mismo origen sea una cosa u otra. Conocer esto, y otros detalles, me ayudará a comprender de ahora en adelante la situación de un alumno cuando los padres comunican algún tipo de trastorno relativo a la alimentación: celiaquía, intolerancia a la lactosa, alergia a  determinadas frutas…
En general, lo que si me ha llamado mucho la atención es que de los diez factores de riesgo identificados por la OMS como claves para el desarrollo de enfermedades crónicas, de los cinco que están relacionados con la alimentación y el ejercicio físico, a saber, obesidad, sedentarismo, hipercolesterolemia, consumo insuficiente de frutas y verduras  e hipertensión arterial, sean factores que actualmente he podido observarlos  cada vez con más frecuencia en la población infantil en edad escolar.  

De siempre escuchaba aquello de que para ser un adulto sano había que controlar estos factores de riesgo desde la infancia, porque entre otras cosas, de adulto, se evitarían, por ejemplo, muchos problemas de corazón.
Pero si estos factores ya aparecen en niños ¿cuándo empezamos a prevenir? ¿Qué está pasando?

Evidentemente, al igual que ocurre en los adultos, el consumo cada vez más frecuente de alimentos ricos en grasas en saturadas (consumo de bollería industrial, de gran variedad de snaks, comida rápida en los burguer de moda, consumo más frecuente de bebidas azucaradas, refrescos, menor consumo de fruta, etc) y la falta de ejercicio físico (niños más dedicados a entretenimientos  sedentarios: juegos en el ordenador, play station, las redes sociales, menor interés por practicar un deporte, el miedo de los padres a que los niños jueguen en la calle- justificado por los riesgos y peligros actuales que vemos a veces en las noticias-…) está dando lugar a niños obesos, con índices de colesterol, con tensión alta…..algo inconcebible hace generaciones a no ser que fuera algo genético o debido a alguna enfermedad concreta. Si a esto sumamos el problema del tabaquismo en los jóvenes la cosa se agrava.

Por consiguiente, sigo insistiendo en lo que vengo reflejando en cada reflexión: la educación desde la infancia en una alimentación saludable y fomento de la actividad física como forma saludable de vida, concienciación desde la infancia, y concienciación a las familias.

Creo firmemente que desde la escuela debería haber una asignatura sobre alimentación y nutrición, y talleres para las familias. Si la alimentación sana es beneficiosa para la salud de los adultos, todavía lo es aún más para un niño, y para los adolescentes pues se encuentran en plena etapa de desarrollo y crecimiento. A esta edad, la adquisición de unos buenos hábitos alimentarios significará la diferencia entre tener y llevar una vida sana de adultos o tener el riesgo de sufrir enfermedades que pueden acompañarlos el resto de sus vidas.

Para trabajar esto en la escuela me remito a las ideas aportadas en reflexiones anteriores: trabajar en el aula y con las familias, como materia escolar y como talleres formativos e informativos para los padres, colaborar con los comedores escolares, hacer partícipes a los niños en los análisis de sus menús escolares, realizar sus GETD como forma de autoanálisis, ofrecer conferencias por especialistas a las familias en los centros escolares donde se detecte sobre todo un alto número de niños con obesidad u otro tipo de factores de riesgo.

Siempre hemos “presumido” de tener el privilegio de gozar de una dieta mediterránea como dieta altamente beneficiosa para la salud. Tenemos también el ejemplo de los efectos negativos que producen otros estilos alimentarios en otros países. Sabemos lo que es bueno, lo tenemos, pero también tenemos los “mitos” como que la dieta mediterránea es la que provoca la obesidad porque comemos alimentos como paella, alubias, cocido, fabada, tortillas, huevos fritos…¡por favor!...¿no será que estamos dejando de lado nuestra dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres, gran variedad de carnes y pescados, el uso del aceite de oliva, la variedad de recetas y formas de elaboración de los alimentos, por la comida precocinada y la comida rápida, consecuencia de la falta de tiempo, porque no se tienen ganas de cocinar con la cantidad de ofertas ya precocinadas que hay en el mercado hoy en día, por los trabajos sedentarios y la falta de tiempo que nos desmotivan a la hora de realizar actividad física…?

Estas enfermedades relacionadas con la alimentación están afectando a muchos países en el mundo y la OMS no para de advertir que los índices de obesidad adquirirán grandes proporciones hacia 2030. ¿Seremos capaces de frenar esto?
Educar en salud es un compromiso de todos, es un compromiso de toda la sociedad:
educación +salud +compromiso social, todo debe ir de la mano.

jueves, 21 de abril de 2016

¿QUÉ MITOS CONOCES?

“TOMAR FRUTA DE POSTRE ENGORDA”


Cuántas veces he leído que la fruta es mejor tomarla en ayunas o en la merienda y no después de la comida porque engorda.

Personalmente, creo que está muy bien tomar fruta en el desayuno, en la merienda, cuando te apetezca, pero también incluido después de comer, como postre.

De hecho, las calorías que aporta un alimento son las mismas independientemente de la hora o el momento del día en que la comamos. Por tanto, las calorías de la fruta son las mismas la tomemos por la mañana temprano, a media mañana, por la tarde o como postre.
No existen estudios científicos que confirmen que la fruta tomada después de comer engorde más o menos que si se toma entre comidas.
Otra cosa es el efecto que tomarla en ayunas, por ejemplo, pueda producir en nuestro organismo, como cuando se recomienda tomar kiwis porque favorece el tránsito intestinal.

La fruta se encuentra en el grupo de alimentos que, tanto la OMS (Organización Mundial de la Salud) como la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, recomiendan tomar 5 raciones al día (grupo de frutas y verduras, repartidos: 3 piezas de fruta, 2 raciones de verdura, una cruda, otra cocida).

Otra cosa es que de postre tomemos fruta como plátano frito (que además va rebozado y con miel), una manzana asada con azúcar y canela o caramelo, una banana Split, con su acompañamiento de helado, nata, caramelo. !No le echemos la culpa a la fruta después de los kilitos de más!

La fruta es beneficiosa para nuestro organismo. Con ella obtenemos energía y salud de forma rápida y sencilla. La podemos tomar de forma variada: zumos, batidos, entera, macedonia…
Comer al menos tres piezas de fruta al día cubre nuestras necesidades de antioxidantes y fibra necesarias para nuestro organismo.


En resumen, la fruta después de comer NO engorda.

martes, 19 de abril de 2016

¿QUÉ HAY DE COMER EN EL COLE?


Aquí tenemos una fotografía de un menú servido en un comedor escolar. 

A través de ella, vamos a analizar si se cumplen una serie de requisitos.

Como puede observarse, hay:

1er plato: lentejas
2º plato: tortilla de patatas con guarnición de ensalada.
Postre: una fruta (plátano)

Agua y pan


Fuente de imagen: publicada en El País digital ( sociedad.elpais.com)


A continuación vamos a ver si el menú escogido sigue la estructura recomendada por la Guía de comedores escolares del Programa Perseo:


                                                 Fuente: Guía comedores escolares, Programa Perseo

En este sentido, podríamos decir que sigue la segunda opción de: primer plato, legumbres, de segundo huevos con guarnición de verduras o/y hortalizas .De postre una fruta. Pan y agua.

Pero al observar detenidamente es bastante destacable que:

-          - Las legumbres, en este caso lentejas, no ofrecen un aspecto muy apetitoso que digamos, no observándose que estén guisadas con un poco de verduras u hortalizas como zanahorias o patatas, o un poco de carne si se desea. Lo que se ve es un plato de lentejas muy “viudas”, y siendo un plato que por lo general a los niños ya les cuesta comer, creo que así no son muy atractivas que digamos.

-          - En el segundo plato, la tortilla de patatas con guarnición de ensalada, prácticamente ésta última destaca por su casi ausencia. Unos simples trocitos de lechuga, creo, no son una guarnición ni apropiada ni atractiva, más bien, parece que sobra en el plato.

En resumen, el menú sigue, a medias, la estructura indicada en la Guía de comedores escolares, pero, en mi opinión habría que mejorar la presentación del plato de lentejas, cocinándolas, por ejemplo, con unas zanahorias y patatas en daditos, por introducir unas verduras y que no sean lentejas solas exclusivamente. No las cocinaría con embutidos por no introducir grasas innecesarias.

A la tortilla de patatas es evidente que le falta una guarnición REAL, por ejemplo, una ensalada de lechuga, maíz y tomate.

Tal vez, de postre no pondría un plátano, quizá otra fruta como piña, que es más digestiva, dado que se han comido legumbres, que llenan bastante, la digestión puede ser más pesada, además de la tortilla de patatas. Es mi opinión.

Lo cierto es que al buscar fotografías de menús escolares, he encontrado desde unos menús maravillosamente servidos, apetecibles, completos hasta otros que ofrecían un aspecto que dejaba mucho que desear, con muchos fritos, congelados, sin verduras, hasta sin postre o raciones escasísimas.

También soy consciente de que en algunos centros escolares, por no disponer de cocina, mucho más costoso y complicado por todo lo que ello conlleva, se recurre mucho a los catering, es decir, ya traen la comida preparada al centro escolar, preparada por empresas, y sirviéndose en las aulas, después de estar todo un día trabajando en ella, con lo cual, las condiciones de higiene no creo que sean las más adecuadas, además de llegar fría, a veces, se mezclan un poco un plato con otro, por  el transporte, o llegan mal cocinadas, medio crudas o escasa. A veces se han denunciado casos como estos.

Resumiendo, creo que cuando como padres elegimos un centro con comedor escolar, debemos informarnos de primera mano qué comen nuestros hijos, dónde, cómo se sirve la comida, la variedad en las recetas, en la forma de cocinar, si es cocinado diaria e íntegramente sin descuidar ningún nutriente básico o viene de un catering. 
No es la primera vez que veo niños llorar cuando ven que llega la hora ir a comer en la escuela. 

No es difícil hacer bien las cosas, puede ser más costoso, y claro, aquí topamos con los costes, los presupuestos de los que se dispone, contar con el personal suficiente, pero estamos hablando de la correcta alimentación y nutrición de los niños, de las futuras generaciones.

Los comedores escolares realizan una importantísima función y gran labor, la mayoría de ellos cumplen con todo lo que hay que tener en cuenta. No dejemos pasar el  tema cuando conozcamos casos en que no se hacen las cosas correctamente. Todos sumamos.

martes, 12 de abril de 2016

REFLEXIÓN SOBRE EL BLOQUE 3


Acabando el 3er bloque, en relación con la educación, el estilo de vida activa y la adecuada alimentación así como la importancia de la labor que realizan los comedores escolares, puedo decir que he obtenido una amplia información y visión sobre algunos aspectos que conocía pero no había profundizado en ellos, y por supuesto, otras muchas cosas que desconocía.

Sobre los comedores escolares, decir que siempre he valorado su importancia dentro de la educación de un estilo de vida y alimentación saludable y su contribución a consolidar unos hábitos alimentarios correctos y garantizar un buen estado nutricional desde edades tempranas.

He podido comprobar que no es tarea fácil elaborar un correcto y equilibrado menú escolar, ya que se puede caer en las repeticiones de recetas, en el consumo excesivo de congelados o fritos, etc. También hay que tener en cuenta las raciones recomendadas de cada grupo de alimentos, la manera de cocinarlos, la adecuada variedad de recetas, ya que todo debe contribuir además a que el momento de la comida resulte agradable a los niños.

Mi admiración para las personas que se dedican a esta labor.

Por otra parte, en cuanto a la actividad expuesta en la entrada anterior del blog, la elaboración del GETD (Gasto Energético Total Diario), me hizo tomar conciencia de muchas cosas, entre ellas que de vez en cuando hay que pararse a pensar y autoanalizar si estamos haciendo lo correcto, tomarnos un poquito de tiempo para nosotros, para ver si lo que hacemos lo hacemos bien, si nuestro día a día tanto en alimentación como en actividad y ejercicio físico es el correcto para el bien de nuestra salud. Cada día es importante, es nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestro bienestar.¡cuidémonos más!

En cuanto al trabajo en el aula de estos temas,  las actividades de este bloque las considero muy interesantes para realizarlas con alumnos quizá a partir de 5º curso de Educación Primaria.
Pienso que desde esta edad, y en adelante, además de ser capaces de realizar y entender por ejemplo el GETD, serían capaces de tomar conciencia del resultado obtenido y en consecuencia, influir en casa, en sus familias sobre la alimentación, la actividad física, serían capaces de autocorregirse ellos mismos, tener fuerza de voluntad y tomar sus propias decisiones.
Me refiero por ejemplo a cosas como decir en casa que no quieren bollería industrial o tomarla en menor cantidad, que prefieren comer más fruta, bocadillo hecho en casa….

También, en el caso de centros  con comedor escolar, sería muy buena actividad que los propios alumnos (de la edad que he comentado) realizaran su análisis del menú escolar mensual, como actividad de aula, en grupo, por ejemplo, y exponer los resultados a los compañeros, llegar a conclusiones, soluciones, hacer puestas en común de los trabajos para ofrecer planes alternativos a un menú que consideraran poco adecuado, cómo lo elaborarían, por qué, aprender a combinar los grupos de alimentos o conocer las partes de un menú, en resumen, hacer que ellos mismos se conciencien de la necesidad y de la importancia de la alimentación saludable y su relación con el ejercicio físico o la práctica de un deporte concreto.

Considero que toda esta información es básica y fundamental para que en el futuro sean adultos responsables, porque habremos contribuido a que adquieran hábitos alimentarios saludables, normas de comportamiento correcto en la mesa, al comer, en la realización de tareas responsables, que sean capaces de intervenir a su vez en el desarrollo de proyectos sobre vida saludable, de poder realizar de forma organizada actividades físicas gratificantes, y a su vez, transmitir a futuras generaciones lo que han aprendido e interiorizado.


Continúo con la idea, al igual que para otros ámbitos educativos, que en los centros escolares con comedor sería importante formar a las familias con actividades como las realizadas en este bloque, que también sepan analizar y valorar los menús escolares de sus hijos y diseñar y elaborar en casa cenas complementarias a la comida diaria. 
Implicar a las familias en la medida de lo posible, como miembros que son de la comunidad escolar, es también nuestra responsabilidad. Por lo menos, así lo veo yo.

viernes, 1 de abril de 2016

¿CÓMO ES UN DÍA ACTIVO?

MI GASTO ENERGÉTICO TOTAL DIARIO (GETD)

 SEGÚN MI ACTIVIDAD FÍSICA

Cada día nos vemos inmersos en una rutina, ya sea de actividades más o menos placenteras, de trabajo, de alimentación, de sedentarismo... y pocas veces nos paramos para analizar con más profundidad si estamos haciendo lo correcto.

Hoy voy a analizar un día activo mío, voy a tomar un poco de conciencia de qué estoy haciendo y si lo hago medianamente bien.









viernes, 25 de marzo de 2016

REFLEXIONANDO



Muy interesante y de mucho provecho ha sido para mí este bloque 2 del curso.
En cada capítulo he ampliado información, o mejor aún, he aprendido algo nuevo e importante.
Completamente de acuerdo en que hay que asociar la alimentación como la realización de un hecho placentero, agradable, sobre todo en edades tempranas. He podido comprobar realmente, por actividades en mi aula, que los niños disfrutan más de la comida si la asocian con un situación emocional adecuada. 

Cuántas veces he oído aquello de “no me gusta” sin haber probado bocado y cuántas veces, a través de un juego, una historia (pues mis alumnos son de Educación Infantil) he conseguido que lo prueben y que después lo pidan a las mamás en casa. Por supuesto, no podemos “cocinar” de todo en clase, pero probamos frutas, verduras, quesos, yogures, tipos de pan o realizamos pequeñas recetas o conocemos productos de los que no han oído hablar (como por ejemplo, una alcachofa) y cada día me sorprendo más de lo reducido que es lo que han probado en casa.

Fundamental el comportamiento ante los alimentos, en la mesa, con el resto de comensales, el tiempo que se dedica a las comidas y en qué ambiente, y cómo debe ser cada una de ellas.

Con capítulos como “Los valores que revela el color” o “ El sabor, un atributo complejo” he pensado en cómo crear nuevos juegos o actividades para mis alumnos, y así, desde la edad temprana, acostumbrarlos a asociar los beneficios de los alimentos por los colores, ya que a esta edad de Educación Infantil se trabaja mucho con colores y a los niños les encanta.

Tenemos una dieta Mediterránea maravillosa y hay que transmitirla a los niños para que disfrutando y diviertiendose aprendan a comer de una manera saludable.

Soy consciente, porque lo veo en la escuela, que hay un aumento de la obesidad infantil y también que muchos padres se niegan a reconocerlo, aunque sea un médico, en las revisiones de salud escolar, quien informa a las familias. Así que no solamente educación para los niños sino también para las familias, a través de charlas, talleres, participando en actividades escolares con sus hijos. Sería algo muy importante.

Me he visto reflejada en las recomendaciones para hacer la compra, por ejemplo, no ir a comprar con prisas y sobre todo,  ¡con el estómago lleno! porque de verdad que entonces entra en juego lo de “comer por los ojos más que por la boca” y termina uno comprando lo que no hace falta o más de lo debido.

Aprender más y completar información sobre la conservación de alimentos, su tratamiento, la forma de manipularlos, conocer otras recetas reelaboradas con sobras de otras comidas o hacerlas más saludables me ha parecido genial.

Con mis alumnos, aunque tienen entre 5-6 años, se pueden trabajar mucho de estos aspectos a través de juegos. Podría complementar el juego “Nos vamos de compras” (entrada del 15/03/2016) con actividades posteriores para trabajar con los colores de los alimentos y lo que nos indican, a elegir alimentos para una receta (“¿Quién va con quién? Encuentra a sus amigos” sería un posible juego de asociación, por ejemplo), conocer determinados productos e ir a comprarlos a la tienda cercana al colegio si fuera posible, visitar un supermercado y ver cómo se distribuyen los alimentos por secciones, etc

Con alumnos de mayor edad por supuesto las posibilidades de hacer actividades más complejas posibilitaría el aprendizaje, desde niños, de qué saber buscar en una etiqueta, para qué sirve ésta, realizar la etiqueta de un producto en clase, analizar alguna receta de su propia casa  y que la transformaran ellos mismo y la ofrecieran a sus familias para hacerla en casa (y se implicaría a las familias), etc


En resumen, creo firmemente que educar en las escuelas sobre alimentación y nutrición como concienciación y base de una vida saludable es fundamental. ¿No os parece?

¿QUÉ HAY EN LA ETIQUETA?



Creo que la mayoría de las veces que realizamos la compra, no nos detenemos mucho a mirar el etiquetado de los productos, y me incluyo. 
Lo hacemos si algo llama nuestra atención, si buscamos algo concreto, si es algo novedoso por aquello de “¿a ver qué es esto?”, o si tenemos una intolerancia y es, por tanto, imprescindible hacerlo, pero por lo general, vamos directos a aquellos productos que ya conocemos, que son habituales en casa, y como ya miramos la etiqueta hace tiempo, lo consumimos habitualmente, nos gusta y nos resulta bueno, actuamos por costumbre, por economizar tiempo, etc y ya no volvemos a mirar aquella etiqueta. 
Aunque cuando la miramos y leemos, y releemos, tampoco somos expertos en descifrar todo aquello que pone…o que no pone.

Lo que desconocemos, y debería ser una información más cercana al consumidor, es ¿qué deber ser obligatorio en el etiquetado de un producto? y ¿qué información es opcional?
Para responder a estas cuestiones, he seleccionado un producto uso habitual en mi casa, como es el pan de molde con cereales y he realizado una análisis de su etiquetado.

Las menciones obligatorias son:

                          Denominación de venta del producto
                          Lista de ingredientes
                          Cantidad de determinados ingredientes o categoría de los mismos.
                          La cantidad neta, para productos envasados.
            La fecha de caducidad o duración mínima.
                          Las condiciones de conservación y utilización.
                          El modo de empleo, si fuera necesario.
                          Identificación de la empresa.
                           El lote.
                           El lugar de procedencia u origen.
                           El grado alcohólico en bebidas con graduación superior en volumen al 1,2%
                           Otras especialmente previstas según la normativa recogida en el R.D.
o   1334/1999

Información nutricional obligatoria: la indicación de sustancias o productos que causen alergias o intolerancias y cómo deben aparecer; tipos de carne distintas del vacuno, origen de los aceites o grasas vegetales.

De las cuales, debo seleccionar para este trabajo:

                      El nombre
                      La lista de ingredientes
                      Contenido neto
                      Icono de las CDO (Cantidad Diaria Orientativa)
          La tabla nutricional (la información nutricional será obligatoria  a partir del 13 de      diciembre de 2016). A declarar obligatorio, de momento, “ por cada100 gr o por 100ml son:

 El valor energético
 La cantidad de grasas, los ácidos grasos saturados
 Hidratos de carbono
Azúcares
Proteínas
 La sal.

Y aquí está lo que he encontrado:

      El nombre (obligatorio):




       La lista de ingredientes (Obligatorio), donde he podido observar que al final informa que “contiene o puede contener vestigios de soja o sésamo”, pero después de tal listado de ingredientes ¿pensáis que es el lugar idóneo para poner esta información y si está lo suficientemente resaltada? Yo creo que no.




La cantidad neta (obligatorio) puede observarse junto a la lista de ingredientes: 









         La tabla nutricional ( verde= información obligatoria; amarillo= opcional)





        Icono de las CDO ( Cantidad Diaria Orientativa), es otra forma de expresar la información nutricional y proporcionan una guía que nos ayuda a entender la cantidad de valor energético, grasa, ácidos grados saturados, hidratos de carbono, proteínas, azúcares y sal que podemos consumir a diario como parte de una dieta saludable.
      Es una información voluntaria u opcional
     





En conclusión, creo que los datos no deberían estar repartidos por todo el envoltorio y que el color en el que están debería ser más visible. No ha sido para nada cómodo estar dándole vueltas al producto y buscando la información por todas partes. 

Con esta actividad, tomamos conciencia de lo complejo y la cantidad de factores que intervienen en el etiquetado de los productos y que, cuando realizamos la compra, si es en cantidad, es complicado dedicar un tiempo extra a la lectura más o menos en profundidad de cada etiqueta., pero es evidente, que por nuestra salud y bienestar, es conveniente realizarlo.








lunes, 21 de marzo de 2016

RECETAS DE BUEN PROVECHO

Hola, aquí estoy nuevamente con otro reto interesante propuesto por el curso que estoy realizando sobre alimentación y nutrición para una vida saludable.

A quién de nosotros no nos ha quedado alguna vez en la nevera restos de alguna comida del día anterior o esos trozos de alimentos que van quedando sin emplearlos en la receta para la que estaban destinados, bien porque sobraba un pedacito, bien porque al final decidimos no utilizarlo....el caso es que allí están.

Pues bien, os propongo una receta en la que emplearemos verduras y legumbres, y aunque parece muy simple llega a sorprender por lo sabrosa que queda y lo apropiada que es para esos días fríos y si estamos en cuaresma, también es apropiada, ya que no lleva carne.

Este receta se llama "Olla Gitana", y en mi casa la recuerdo desde que tengo uso de razón. Es de aquellas recetas que se heredan de la abuela, en este caso de mi abuela murciana, y en ella se aprovechan los productos de la huerta: unos garbanzos que no se usaron para el cocido, un trozo de calabaza que no se empleó al hacer la crema, unas judías verdes que no se gastaron después de cocerlas ( o no) y otros ingredientes que siempre están omnipresentes en nuestra cocina.
 Una receta fácil y económica, y no por ello menos rica.

Aquí os la dejo:

                                                            OLLA GITANA


INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:   
                                                            
6 Dientes de ajo
500 gr Garbanzos
1 Cebolla
1 Tomate grande
3 Patatas medianas
300 gr Calabaza
200 gr Judías verdes
1/2 Cucharadita Pimentón rojo dulce
20  ml Aceite de oliva virgen extra
Agua
Sal

PREPARACIÓN:

- Se ponen los garbanzos en remojo la noche anterior. Después se les tira el agua y se echan en la olla donde vayamos a cocinar y se le añaden en crudo:
 los ajos, lavados pero con piel, la cebolla troceada, el tomate sin piel y sin pepitas, 

- En una sartén, se calienta el aceite de oliva virgen y se le añade el pimentón, moviendolo rapidamente para que no se queme, lo cual estropearía el guiso, y se añade a los garbanzos. Se añade agua hasta que cubra los garbanzos y se deja cocer unos 10 min.

- Se añade a continuación las calabaza troceada (limpia de piel y pipas), las patatas en rodajas gruesas y las judías verdes. Se vuelva a cubrir con más agua y se añade sal.

- Cuando todas las verduras están tiernas, en su punto, se retira del fuego y se sirve caliente.

Es un plato que me encanta. Su sabor sosrprende y en casa no falta cada otoño-invierno.
Espero que os guste.

TRANSFORMACIÓN COMPLETA DE UNA RECETA

FABADA ASTURIANA VS FABES MARINERAS


La tarea de hoy consiste en elegir una receta y transformarla prestando atención a los nutrientes o sustancias que debemos tener en cuenta en nuestra dieta.

He elegido la receta de la fabada asturiana por su alto contenido en grasas saturadas, debido a una cantidad importante de sus ingredientes, el compango asturiano, un conjunto de chorizo, morcilla, panceta y lacon que se añade a las fabes.

Con la intención de reducir este aporte tan calórico y graso para nuestro organismo, he decidido sustituir el compango por chopo (o sepia) y unas cigalas pequeñas, pero igualmente se podrían añadir unas gambas o langostinos.
De esta manera, he sustituido las grasas saturadas del embutido por otros ingredientes de grasas poliinsaturadas  y  aumentando la ingesta de omega3, más saludable para nuestro organismo.

He transformado esta receta de FABADA ASTURIANA:


en esta otra, a la que he llamado FABES MARINERAS:

                                                           FOTOS: Mª del Mar Guzman

Aquí os dejo una infografía donde podréis ver las dos recetas, sus ingredientes, forma de cocinarlos y otros datos de interés:

https://magic.piktochart.com/editor/piktochart/12281859


miércoles, 16 de marzo de 2016

ÓRGANOS Y FUNCIONES DEL APARATO DIGESTIVO

¿CÓMO NOS ALIMENTAMOS?

Aquí os dejo una presentación con los órganos del aparato digestivo y sus principales funciones. Espero sea de interés.

http://es.slideshare.net/MarimarGS/el-aparato-digestivo-59650886


martes, 15 de marzo de 2016

REFLEXIONANDO

Siempre he oído aquello de “somos lo que comemos”. Bueno, también influyen otros factores como la genética, si realizamos ejercicio físico o no, la intensidad de éste, nuestras tradiciones gastronómicas, etc

El curso de momento, me está sirviendo para hacer un alto en el camino y tomar verdaderamente consciencia de cómo me alimento, de conocer con mayor profundidad todos los nutrientes de los alimentos que tomo, pues estos van mucho más allá de los pocos que se conocen habitualmente.

La actividad “que comí ayer”, la encuentro muy interesante para realizar con alumnos de primaria y mayores, por supuesto. Al ser maestra de niños de Educación Infantil, es más difícil, pues a veces no son capaces de decir lo que han desayunado por la mañana en casa, o en mi caso, para muchos todo es “chicha” ya sea huevo, carne, pescado, croquetas…
Lo tendré en cuenta si alguna vez trabajo con alumnos más mayores porque es un punto de partida ideal para analizar nuestros hábitos alimentarios, trabajar los alimentos y sus nutrientes de una forma correcta y adquirir hábitos en la alimentación saludable.

Desde Educación Infantil intento poner mi granito de arena y preparo mucho material en imágenes, vocabulario sobre alimentos y juegos como el de “Nos vamos de compras”( entre otros)  fácil de elaborar, aunque entretenido eso sí, pero al final es un material que se tiene siempre en el aula y que a mis alumnos les entusiasma, y como aprenden con ellos pues ¡encantada!


Estoy segura que conforme avance en este curso, además de aprender cosas muy interesantes y complementar otros conocimientos adquiridos, surgirán ideas para elaborar nuevo material y otros juegos para mis alumnos, además de aprender de otros compañeros que tienen ideas estupendas, y así, entre todos, nos enriqueceremos mucho más.

JUEGO: NOS VAMOS DE COMPRAS


EDAD

Alumnos de Educación Infantil 5 años

OBJETIVOS:
-       Conocer  diferentes clases de alimentos
-       Conocer algunos nutrientes que nos proporcionan y sus beneficios

MATERIAL

 El juego consta de una serie de cestas realizadas en cartulina y plastificadas y numerosas tarjetas con alimentos naturales y/o cocinados-elaborados. Cada cesta es de un color y con ella solamente se puede comprar un determinado alimento: cesta para las frutas, otra para verduras, otra para cereales, etc. En total hay once: carnes, pescados, huevos, lácteos, cereales, frutos secos, bebidas, frutas, verduras, dulces y legumbres.
Para elaborar el material se necesita: cartulinas DIN-A4 de colores, pegamento, tijeras, plástico de plastificadora de calor y fotografías de alimentos que pueden ser de revistes y recortadas por los alumnos en clase en otra actividad anterior o implicar a las familias y traer de casa. (En las fotos se ve como es todo)



REGLAS DEL JUEGO:

Dado que el juego es para alumnos de Educación Infantil (5 años), que es la edad de mis alumnos, se trata de aprender a clasificar los alimentos , o al menos, diferenciarlos: verduras, frutas, carnes, cereales, lácteos, huevos, etc

 A esta edad, ser capaz de hacer esta clasificación ya les cuesta trabajo, y más aún si lo complicamos con los nutrientes que  nos puedan aportar. Al final de trabajar el tema de alimentación y la salud en Ed. Infantil, consiguen identificar y clasificar correctamente muchos de estos alimentos.




Para jugar, se pueden organizar grupos o de forma individual. En cualquier caso, se trata de colocar las tarjetas con las imágenes de los alimentos repartidas por el aula, sobre las mesas, en la alfombra…. Y cada niño/grupo debe ir seleccionando aquellas que se corresponden con el alimento que puede “comprar” según su cesta. Posteriormente se realiza una puesta en común de lo que hemos comprado y entre todos vemos si esta todo correcto o no, y se decide entre todos, en este caso, dónde colocaríamos ese alimento.






Este juego permite otras variedades, importante cuando se trata de niños de infantil, para que el juego no resulte siempre un desafío nuevo a realizar.

Otras posibilidades de juego serían:
-       Repartir 4-5 tarjetas por alumno de diferentes alimentos y colocarlos en su cesta correspondiente.
-       El maestro coloca diversos alimentos en las cestas y hay que descubrir el que se ha equivocado de cestita y llevarlo a su sitio.
-       En dos grupos: un grupo puede pedir a otro lo que deben comprar (eligen las cestitas) y luego se cambian los roles.

Por supuesto, a esta edad TODOS ganan, porque estamos aprendiendo, es normal equivocarse y saben que cada vez lo haremos mejor y estamos para ayudarnos unos a otros.

Este juego es para complementar otras  actividades de clase a través de las cuales aprenden, por ejemplo, que los lácteos nos proporcionan calcio para los huesos, las frutas muchas vitaminas o la carne, huevos y pescado proteínas, cosas muy básicas y la procedencia de algunos alimentos.

Este juego hace bastante que lo trabajo en clase, y por experiencia sé que no puedo complicarlo más.

Sería interesante para trabajar en 1º o 2º cursos de Educación Primaria, ampliando el juego con otras tarjetas correspondientes a diferentes tipos de nutrientes, y el juego consistiría en ir a comprar un alimento o varios, y después a cada uno, añadir sus tarjetas de nutrientes   (las cuales habría que elaborar para completar el juego, con imágenes divertidas que simbolizaran las vitaminas, los minerales, la fibra, las proteínas, etc)
Esto último se puede hacer a través de un dado grande ( hay unos que son inflables con bolsillos para tarjetas en cada cara) y en cada lado del dado col·locar varias de esas tarjetas de nutrientes. A cada tirada habrá que coger el nutriente que salga y pensar  que alimento de los que hemos comprado puede aportar ese nutriente.

Gana quien más aciertos acumule, por ejemplo.

Espero que os haya gustado este juego. A mi me da buenos resultados y los niños disfrutan mucho con él.